En el marco del aniversario de nacimiento del Padre Gustavo Le Paige (el 24 de noviembre), el Museo arqueológico de San Pedro de Atacama, fundado por el Padre, propone a sus visitantes, hasta fines de diciembre, descubrir la faceta artística de este personaje conocido sobre todo por sus tareas eclesiásticas y arqueológicas.
Gustavo Le Paige fue un hombre multifacético.
Aunque se le conoce principalmente por sus actividades eclesiásticas y por la
creación del Museo que lleva su nombre, sus intereses van mucho más allá de
realizar tareas misioneras y arqueológicas. Gustavo Le Paige era antes que nada
un gran observador del mundo físico y espiritual, lo que lo lleva a ser un
hombre místico y un artista. Es esta faceta la que queremos mostrar en esta
exposición.
Sus pinturas fueron exhibidas por primera vez
el año 1975 estando él aún con vida, en la galería Enrico Bucci de Santiago. Posteriormente, en el año 200,9 una
selección de ellas fue mostrada en este mismo Museo.
En esta oportunidad hemos seleccionado los
paisajes que Gustavo Le Paige vio y le llamaron la atención para plasmarlos en
las telas que aquí les ofrecemos. Estas vistas muestran parte de su vida en
Anvers (Bélgica) y su paso por el Congo Belga, en África, donde fue misionero
jesuita desde 1928, cuando llega a Wambali (Provincia de Kwango) para dirigir
la escuela de la localidad, a 1931 año en que vuelve a Lovaina, permaneciendo
una larga temporada con su familia y siendo ordenado sacerdote jesuita en 1934.
En 1936 vuelve a África a las misiones de Yasa y Ngi. Pero en 1952 sus
superiores entregan esas misiones a otra congregación.
En 1953, la orden decide que Gustavo Le Paige
viaje a Chile por mar, llegando el 5 de septiembre de ese año a Santiago. En febrero
de 1954 es enviado a Chuquicamata y el 22 de marzo de 1955 ya está instalado en
la Casa Parroquial de San Pedro de Atacama. Desde aquí se mueve a los distintos
pueblos de Atacama y, embelesado por el paisaje, vuelca su mirada artística hacia la arquitectura, las
calles, los cerros, los volcanes……..
Lautaro Núñez escribe en 1993 : “Ya está
cabalgando por San Pedro y sus alrededores, de nuevo descubriendo el horizonte
terrestre ahora como una masa café, lejos de su verde, aquí con tanta luz y
visuales infinitas que al decir de un viejo arriero y común amigo ‘mire bien al
fondo, no ve que la tierra es redonda….”.
Los invitamos a apreciar esta especial mirada
del paisaje atacameño que tuvo Gustavo Le Paige, y que plasmó en las pinturas mostrando
su gran admiración por esta tierra. Esperamos que las disfruten.